domingo, 26 de abril de 2020

Revista “Idealismo” de Carlos J. Freira – Sauce de Olimar Chico (Zapicán)

En estos 25 años que está cumpliendo La Gazzetta queremos dedicar este «Rincón de los recuerdos» a un medio de prensa que hace muchos años atrás existió en la zona de Zapicán (Lavalleja) y que durante cuatro décadas, más concretamente entre los años 1932 y 1972, formó parte de la comunidad. Nos referimos a la revista regional «Idealismo», que tuvo como director responsable a Carlos Julián Freira.

En esta legendaria publicación se reflejaron muchos hechos y acontecimientos sociales de la región, por lo cual su recuerdo perdura en la memoria de varias generaciones de zapicanenses, que a pesar de haber leído su última edición hace ya mucho tiempo, aún conservan con cariño algunas de esas páginas, que hoy atesoran gratas nostalgias de otras épocas, que sin dudas forman parte de la rica historia del pueblo de Zapicán.

No dudamos que muchos zapicanenses al recordar el nombre de «Idealismo» verán como brotan en sus memorias diferentes anécdotas, que anidaban en algún rincón del corazón y que bien podrían acompañar esta página, que tiene la humilde pretensión de rendir un homenaje a esta revista y a su responsable, don Carlos J. Freira, quien con gran compromiso le dedicó buena parte de su vida a esta labor, que comenzó cuando tenía 25 años de edad y la desarrolló durante 40 años, en los que cosechó numerosos lectores y estuvo en contacto con mucha gente.

Por todos estos motivos es que, en estas páginas que siguen, compartiremos parte de un valioso material que hemos recopilado y de este modo no olvidaremos a un protagonista más de nuestra historia, que nos dejó un gran aporte, que mucho valoramos y no debemos olvidar.
            
De esta manera al principio de este tributo rescatamos un artículo que fue publicado en el Libro «Minas: Dos siglos de su historia. Tomo ll» del Profesor Aníbal Barrios Pintos, que fuera editado por el Ministerio de Educación y Cultura en el año 1983, el cual recuerda a todos los medios periodísticos escritos que ha tenido el departamento de Lavalleja, mencionando entre ellos a la revista «Idealismo», de la que nos aporta los siguientes datos:

«Sauce de Olimar Chico. Año 1 Nº 1, Julio de 1932 hasta el Nº 152 de octubre de 1972 (fecha de aparición y cese).
Carlos J. Freira, E. Washington Casas (Redactores).
IDEALISMO
Revista regional de actualidades, cultural, literaria y social. En el pago de Sauce de Olimar fue fundada esta revista de larga trayectoria, que se imprimió en los Talleres El Pueblo de José Batlle y Ordóñez hasta su número 149. Posteriormente se editó en Montevideo. La dirigió Carlos Julián Freira, nacido el 16 de marzo de 1907 en Manzanero, 11ª. Sección de Lavalleja.
Poeta, Freira es autor de «Capullos de ensueños» (1945), «Romance al Éxodo del Pueblo Oriental» (1952), «Coplas Eucarísticas» (1963), «Cartas a Laila» (Bilbao, 1965), «Esmeraldas y Rubíes» (1969) y «Fosforecencias de mi Alcázar» (1980)».

Carlos J. Freira fue el director de la revista «Idealismo»

Desde nuestra niñez siempre escuchábamos hablar a nuestros mayores de «Idealismo», pero recién con el paso de los años y al entrar en contacto con las primeras revistas que llegaron a nuestras manos, comenzamos a tomar reales dimensiones de qué se trataba.

Como suele suceder en muchos casos, es con el paso del tiempo que cada uno de nosotros comienza a valorar más muchos artículos u objetos, que en su momento tenían importancia, pero que cobran más sentido y relevancia con los años.

En nuestro caso, que siempre hemos valorado todo lo vinculado a nuestro pueblo, por la labor que desarrollamos desde hace 25 años, siempre ha sido la revista «Idealismo» una referencia, que nos ha permitido conectarnos con parte de nuestro pasado y rescatar muchas historias que hemos compartido en La Gazzetta.

Este logro sin dudas se debe al aporte de algunos de nuestros lectores, que nos han obsequiado algunas revistas, como es el caso de la Sra. Olga Airaudo y otros vecinos que nos han aportado otras ediciones.

Es digno mencionar que la mayoría de los datos que compartimos en esta publicación páginas, fueron precisamente rescatados de esas ediciones, en las cuales encontramos parte de la biografía de del director de l«Idealismo».

Carlos Julián Freira, quien utilizaba el seudónimo de «Noé» fue un poeta, periodista y enigmógrafo, que nació el 16 de marzo de 1907 en el paraje Manzanero, cerca de Zapicán.

Según cuenta el propio Freira desde su adolescencia se sintió inclinado al Arte de Edipo, empezando su colaboración enigmográfica en una hojita dominical, «La Unión Social», en la sección dirigida por «Tío Paco» (Pbro. Jerónimo J. Silva). Allí empezó su aprendizaje literario dando a tal periódico sus primeros versos. A pesar de ser casi un niño eligió, de sus lecturas bíblicas, el seudónimo de «Noé», porque le pareció muy bello y fue el nombre que utilizó para firmar en muchas de sus publicaciones.

Como ya se mencionó anteriormente, Carlos J. Freira  publicó algunos poemarios, que se suman a las 152 ediciones de la revista «Idealismo».

«Idealismo» escribió buena parte de la historia de Zapicán y la región

Como ya se expresó en este «Rincón de los recuerdos», «Idealismo» era una revista de actualidades, cultural, literaria y social, que además era miembro de la Agrupación Nacional de Periodistas Católicos del Uruguay y de la Organización de la Prensa del interior.

En nuestras lecturas, para armar esta nota, nos encontramos con el primer editorial de la publicación, que saliera a la luz en julio de 1932, el cual transcribimos a continuación.

Al comenzar una jornada

            «Idealismo... El título es todo un símbolo.
            Idealismo, genuina encarnación de todos los ideales más grandes, de todos los impulsos románticos y nobles, surge hoy a la vida plasmando así en realidad una vieja aspiración, una idea que estaba ha tiempo latente en el ambiente, esperando solo que aparecieran los gestores, los remeros de la idea, que le dieran forma, le dieran aliento, ritmo, alas, vida...

            Surgimos a la vida sin más pretensiones que aportar al medio en que actuamos de un órgano periodístico que será el portavoz de la región, compenetrados del importante rol que ejerce la prensa en la cultura de los pueblos. 

            Al aportar nuestro modesto granito de arena al engrandecimiento espiritual de la región enarbolando el penacho de una idealidad quijotesca, lo hacemos sin ningún otro interés, que, por otra parte, desnaturalizaría los simpáticos móviles que nos impulsó a dar vida a esta obra, en la que hemos puesto nuestros mejores entusiasmos juveniles.

            Esperamos que vosotros, benévolos lectores, compenetrados de los altos fines que nos guían al empuñar la palestra periodística, y del esfuerzo que su realización significa, en un campo de acción tan poco propicio para obras de la índole de la nuestra, nos dispensarán la acogida que nuestra labor reclame y que haremos de nuestra parte, todo lo posible por merecerla».
                                                                                                         La Dirección

En una de sus primeras ediciones también aparecen algunos de los artículos publicados a principios del año 1933, que reflejan un panorama de aquella época y nos proporciona más información acerca de la revista en sus inicios.

                                                              Voces de aliento

     «Con atenta dedicatoria hemos recibido el primer número de la interesante revista que acaba de aparecer en Zapicán, bajo la redacción y dirección de los jóvenes Carlos J. Freira y E. Washington Casas. Se trata de una publicación amena donde se nota el esfuerzo y campea el espíritu artístico de los que la dirigen. Este primer número es una buena cosecha de excelente material de lectura -sobresaliente el literario- lo que, de seguir así, les asegurará muchos éxitos».
                                                                                «La Campaña» Treinta y Tres

     «Días pasados recibimos la grata visita del Sr. Carlos J. Freira, director de la interesante revista «Idealismo, que ve la luz en Olimar Chico, (Zapicán).

     Nos hace entrega del primero y segundo número de dicha revista y a la vez nos hace conocer la dificultad con que se lucha para la colocación de la misma en aquella zona.
           
     Es de lamentar que la población de Zapicán y sus alrededores no contribuyan como es debido al sostenimiento de ella; pues se trata de una bien presentada revista en la que contiene repleto material de lectura e interesantes notas gráficas.

     Podemos decir con seguridad que muchas ciudades importantes, no la poseen.
   «Idealismo», que se imprimía en Montevideo, se confeccionará desde el número venidero en nuestros talleres.

     Nuestras felicitaciones a los directores Sres. Carlos J. Freira y E. Washington Casas, y a la vez llegue nuestra palabra de aliento para que perseveren en la obra iniciada.»
                                                                              «El Pueblo» J. Batlle y Ordóñez


El último editorial de despedida que puso fin a la publicación 

En el final de este homenaje simplemente nos resta transcribir lo que fue el último editorial de despedida de «Idealismo», que fuera publicado en el Nº 152 de octubre de 1972.

      1932/1972   
   Cumpleaños y despedida

    «Repiquetear jubiloso de campanas y canto de cisne a la vez. Parecerá al lector una paradoja esta frase, pero luego comprobarán que no lo es.

    IDEALISMO ha cumplido cuatro décadas de existencia. Cuarenta años de ininterrumpida labor periodística nos dan derecho a hacer un alto en el camino, dando con esta edición fin a una labor que ha sido el ley motivo de nuestros mejores años.

    Cuando hace ya algunos años se agudizaron las dificultades para la prensa de tierra adentro, nos trazamos una meta: alcanzar los cuarenta años de vida periodística. Hoy, con esta edición Nº 152 hemos logrado la meta propuesta. Ello nos llena de legítima satisfacción pero esta alegría se empaña con el sentimiento de la despedida. Toda despedida es triste, porque significa alejamiento, y en el caso de IDEALISMO es una despedida para siempre. Dice la poetisa compatriota Iris de Bandisch: «Para los que creemos que el espíritu se nutre de poesía e idealismo, es triste la noticia de que tenga usted que retirarse de la brecha, aunque después de cuarenta años de sostenida lucha, bien se merece el premio del descanso. El que los pioneros de la cultura como usted entreguen la antorcha a los cuarenta o cincuenta años de labor tesonera y constante en la divulgación del Bien y del Amor, no es lo verdaderamente triste; al contrario, feliz la conciencia que a esa altura pueda decir pura y noblemente: «Hice todo lo que pude». No, eso es una diáfana alegría para el que dio y para el que estuvo recibiendo sus dones. La triste duda es esta: ¿quién tomará esa antorcha que usted y otros como usted hoy entregan? Si la antorcha se apaga no es porque se abata el espíritu de quien la encendió y sostuvo, sino porque le falta el incentivo de otros espíritus que la busquen y la deseen. Esa es la triste realidad y por lo que me apena la noticia de su retiro del periodismo sano y bien intencionado».

    ¡Benditas sean esas palabras de amplia comprensión en esta hora de la despedida!

    Si cien suscriptores no más hubieran seguido el ejemplo de nuestro coterráneo Oscar de los Santos Diago que desde hace ya varios años se cotizó una cuota anual de mil pesos, IDEALISMO podía haber hecho frente a la agobiante crisis; pero la crisis no ha sido solamente económica.

    Mañana, cuando se escriba la historia del periodismo silvestre, dirán: «En un lugar del campo de Lavalleja, existió, por espacio de cuarenta años una revista cuyo título era todo un símbolo: IDEALISMO».

    Hemos recogido a lo largo de estas cuatro décadas de vida periodística muchas y hondas satisfacciones espirituales. Una palabra de aliento siempre reconforta, y ésta casi permanentemente nos ha llegado tanto de adentro como de afuera de fronteras.

    Loado sea el Señor que nos concedió las luces necesarias para que nuestra modesta publicación contribuyera a su mayor gloria y al bien de la colectividad.

    A nuestros dilectos amigos, -escritores y poetas- que nos han brindado generosamente en todo momento el fruto de su intelecto, a nuestros suscriptores y avisadores y a los colegas que nos han honrado con su canje, van con nuestro saludo de despedida, nuestro eterno reconocimiento.

    A los amigos que la muerte alejó para siempre de nuestro lado, pero cuyos espíritus desde la Inmortalidad nos seguirán acompañando, les ofrendamos nuestra cristiana oración como homenaje de gratitud».


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