miércoles, 10 de febrero de 2021

Julián Pombo. Un diseñador uruguayo de juegos modernos de nivel internacional

El pueblo de Zapicán (Lavalleja) siempre ha tenido personajes notables, que han trascendido en diversas áreas, lo cual ha llevado a que el nombre de la localidad sea conocido por diversos rincones del mundo.

En esta oportunidad nos referiremos a Julián Pombo Perna, un zapicanense de 45 años de edad, que se está destacando a nivel internacional como diseñador de juegos modernos, siendo uno de los responsables del exitoso «Mercado de Lisboa».

Parafraseando su presentación en la página de Kickstarter, que promociona su juego, para el que trabajó en conjunto con el portugués Vital Lacerda, «Julián Pombo es un diseñador de juegos de Uruguay, que creó y desarrolló el modo en solitario para LisboaCO2 Segunda Oportunidad».

Entre otros datos además se agrega: «Fotógrafo, analista de sistemas y padre de dos hijos, Julián vive en su antigua casa familiar en Zapicán, un pueblo de 400 habitantes en Uruguay. Juega a la pelota vasca y disfruta de largos paseos en bicicleta».

Para completar esta información, podríamos mencionar que además vivió su infancia en esta localidad del norte del departamento de Lavalleja, cursó sus primeros años de estudio en la Escuela N° 15 y desde los 8 años hasta los 40 residió en Montevideo, donde siguió estudiando y trabajando, pero nunca dejó de volver a su pago natal, a visitar a sus abuelos, junto a sus hijos, para que conocieran los valores que existen en los pueblos chicos.

El éxito que está cosechando el juego de mesa «Mercado de Lisboa» y la interesante labor que desarrolla Julián Pombo, fueron los motivos que llevaron a La Gazzetta - Zapicán a visitarlo en su hogar y realizarle la siguiente entrevista.

¿Cómo llega a vos lo lúdico y cómo empezaste?

Lo lúdico nace acá en Zapicán, en aquellas épocas que si llovía te cortaban la luz dos o tres días igual. La televisión llegaba por aire, por la antena y a veces no se veía nada, porque había interferencias. Entonces se jugaba mucho juego de caja, el ludo o el Banco Hipotecario, ese tipo de juegos. Esos juegos nunca se fueron de mí y se convirtieron después en juegos de computadora, como el PlayStation. Después hubo una etapa de juegos de Rol, que estuve varios años jugando, que es un juego que tiene una parte teatral, donde uno, en un universo muy abierto, interpreta un personaje, basado en unas reglas, pero vos creas tu propia persona. Estuve jugando muchos al Rol, que requiere de un grupo de personas, que se junten asiduamente y eso se va haciendo difícil a medida que esa gente trabaja, estudia o tiene hijos y esos grupos se empiezan como a diluir. Entonces buscando una alternativa a esto, es que intentamos volver a los juegos de caja, que yo vengo a redescubrir un universo de los «juegos de mesa modernos», que se llaman, que yo no sabía de su existencia hasta el año 2010 o 2011.

¿De qué se tratan los «juegos modernos»?

Hay como dos grandes escuelas, por decirlo de alguna manera o dos grandes tendencias en lo que a juegos de caja se refiere. Hay una tendencia, que es la que yo sigo, que es lo que se llaman Juegos Euro y que antes se llamaban Juegos Alemanes. Los alemanes, antes de la guerra, hacían juegos de simulación de guerra, como el War, que todos conocemos, que tiras unos dados y pelea un ejército contra otro. Los alemanes hacían juegos de guerra, pero cada unidad tenía diferentes habilidades y cuando pierden la ll Guerra Mundial, después de la misma les resulta antiético hacer juegos de guerra, entonces se pasan a los juegos de simulación económica, de cultivos y otros similares. Entonces esta escuela va por ese lado, por simular una interacción, que está basada en sistemas que replican algo de la vida real. La otra escuela, que es la americana, se llama Ameritrash, es donde las mecánicas del juego son muy simples, muy sencillas y no emulan una realidad, pero la temática del juego es muy importante. Sobre lo que trata el juego tiene un gran peso en el mismo. Es decir, un juego te cuenta una historia y el otro lo que hace es simular una interacción, más bien mecánica y porque no, numérica. Esos son los Juegos Euro.

¿Cómo podrías explicar, a grandes rasgos, las principales características de los juegos de mesa?

Hay una gran variedad de juegos, de sistemas y de métodos. Los más populares son los juegos de cartas. Hay muchos en los que vos jugás con cartas y que en tu turno jugás una carta y cosas muy comunes, como puede ser la conga o algo por el estilo. Hay juegos en los que vos jugás una carta y tenés que completar patrones numéricos o por colores y si lográs deshacerte de todas tus cartas, ganás y las cartas que tenés en la mano tienen un valor. Hay cosas que son muy parecidas y se le han dado una vuelta de tuerca u otro tipo de reglas o habilidades, que vos podés tener, que se juegan en equipo. Lo que se ha hecho es enriquecer juegos, que existen de toda la vida. Son juegos donde vos ejercitás la imaginación, se puede jugar con niños o con ancianos. No hay límites de edad, no hay que saber resolver ecuaciones, ni nada por el estilo y hay para todos los gustos.

¿Así que hace diez años empezaste a jugar, pero luego comenzaste a trabajar en su diseño?

En el 2015 se aúnan dos situaciones. Por un lado, me quedo sin trabajo. La empresa en la que trabajaba nos manda al seguro, en preparación para cerrar la empresa y en ese momento uno de los más importantes diseñadores de Juegos Euro del mundo, que se llama Vital Lacerda, estaba buscando algunos playtester, que es alguien que juega el juego, cuando no está terminado. En un foro, que se dedica a este tipo de cosas, estaba buscando a quienes probaron su juego, que se llamaba Juego «Lisboa» en aquel momento, en una plataforma online. Entonces en esta plataforma empecé a testear su juego y a aportar ideas y ahí fue cuando me di cuenta que era algo que no solo podía hacer, sino que sabía hacer. Había una capacidad analítica, que yo poseo, que me permite ver qué cosas no funcionan y cómo mejorar ese sistema. A partir de ese momento empiezo a colaborar con él. Fui codiseñador del modo solitario de ese juego, denominado «Lisboa», porque todos estos juegos, que se hacen para jugar cuatro o seis jugadores, depende, se incluye mucho ahora el juego solitario, para que vos puedas jugar solo. En este modo solitario vos jugás contra un oponente, que digamos es una inteligencia artificial. Es un oponente que vos creas en base a ciertas situaciones y toma decisiones bastantes lineales. Eso es algo en lo que yo tengo facilidad, que es analizar cuáles son los pasos que hay que seguir, para ver los objetivos dentro del juego. Entonces vos creas un oponente que siga esos pasos. A partir de ese momento y hasta el año pasado, trabajé con Vital en varios juegos. En el año 2015, cuando yo descubro esta pasión, esta cosa que me interesaba mucho, empiezo a tener una idea de mi propio juego. Entonces ese primer juego, en el que empiezo a trabajar, que era una empresa de celulares, que vendía celulares con aplicaciones y accesorios, empecé a crear ese juego, trabajé algún tiempo en él, pero no funcionaba y lo abandoné. En el 2016, después que la empresa cerró y con dificultad para conseguir trabajo en ese momento, decidí venir para Zapicán de nuevo y ver qué podía hacer de mi vida y ahí decidí apostar a diseñar juegos, como trabajo full time, como ocupación real. Un día de invierno, del 2018, estaba sentado al lado de la estufa y estábamos chateando con Vital sobre un juego, que no era Euro, que tienden a ser largos y pesados, de 3 horas y de mucho cálculo matemático, que vos tenés que manejar recursos, como si manejaras una empresa. Vos tenés que manejar los recursos para lograr un objetivo. Digamos que es lo mismo que hacés en tu casa, de manejar tu sueldo para lograr alimentarte, vestirte y darte los gustos. Eso está replicado en diferentes sistemas, en un tablero, donde tenés un presupuesto acotado y tenés que lograr un montón de objetivos. Al final del juego, aquel jugador que ha logrado más de esos objetivos, con un presupuesto acotado, es el que gana. Entonces estábamos hablando de hacer un juego más liviano, más interactivo, más fácil, más accesible y empezamos a tirar ideas y a la noche, antes de acostarme, hice un acumulativo de todas mis ideas y un esbozo del juego que yo pensaba que podía ser. Se lo pasé por mail y al otro día, cuando me levanto, tenía la respuesta de él, de que sí lo íbamos a hacer.

¿Y qué fue lo que sucedió posteriormente?

Al final hicimos el juego. Nos juntamos e hicimos un esbozo más fuerte, un prototipo, donde hay un tablero y piecitas. Después él se lo presentó a una empresa en Alemania, en una convención, que se realiza en dicho país. Se lo presentó a una empresa americana y esta nos compró el juego, que se llama «Mercado de Lisboa». Nosotros firmamos contrato el 1° de enero del 2019. Después se dieron diversas situaciones, es decir, el juego estaba planeado para salir en enero de 2020 y hubo problemas con el artista, que es el encargado de transformar el arte básico del prototipo en un arte congruente, para que todo el juego tenga el mismo estilo y que sea representativo, si es de una zona en particular, que sea armónico y lindo.

¿Qué es específicamente lo que hace el artista?

El artista hace lo que se llama la interface de usuario, donde intenta que cuando vos te sentás a la mesa a jugar haya una parte tuya, que intuitivamente entienda cosas solamente por lo que está dibujado. Los mejores artistas de los juegos de mesa son los que tienen la mayor capacidad de lograr esto, que vos veas una imagen y tengas una compresión intuitiva de lo que eso quiere decir. Cuando lees las reglas, evidentemente te dice lo que quiere decir, pero las reglas están expresadas en esa imagen mediante íconos. Vos mirás esos íconos y te recuerdan las reglas. Esa conjunción es importante y bueno, el primer artista tenía una idea, que no era a lo que nosotros apuntábamos y tuvimos que cambiar de artista, entonces el juego se atrasó por diversas razones, entre ellas el Covid-19.

¿Cuándo fue que se hizo finalmente el lanzamiento de «Mercado de Lisboa»?


Pasamos de un lanzamiento del juego en enero a setiembre de 2020. Estos juegos se lanzan por una plataforma que se llama «Kickstarter», donde se hace una preventa y la gente, que paga ese dinero, antes de que el juego esté producido, recibe algo especial. En este caso viene una caja numerada y una carta en particular de regalo, para la gente que lo compró en ese momento. Esta plataforma lo que les permite a las empresas es no invertir dinero, sin saber cuánto va a vender. Cuando se lanza un juego, si vendés 1.500 juegos, tuviste éxito y el juego tuvo éxito. En la primera preventa vendimos 4.600 juegos. Sinceramente mi expectativa era un poco mayor, pero fue un éxito rotundo y dadas las circunstancias de crisis del Covid-19 y demás, aparentemente fue un éxito más que rotundo.

¿Cómo se hace para conseguir o adquirir este juego de mesa?

La venta al público va a salir en unos meses para todo el mundo. El juego salió en siete idiomas. Uno de ellos es el castellano y se compran por plataformas online. Si lo querés comprar en castellano, lo tenés que comprar en España, en una empresa que se llama Maldito Games, que se dedica a los juegos de mesa. Después hubo una tratativa de trabajar con una empresa nacional, para que tuviera distribución del juego, pero los costos aduaneros acá son elevados y todavía no se ha logrado. Quizás que cuando salga al público, se pueda hablar algo más. Aparte como el juego trata de un mercado agrícola, el mercado de Lisboa y el de Montevideo tienen características arquitectónicas idénticas. A mí se me ocurrió y tengo la intención de ofrecérselo al Mercado Agrícola de la Intendencia de Montevideo, que si ellos lo quieren utilizar como producto bandera del mercado o algo representativo, que se podría arreglar y hacer algo especial, para agiornarlo a Montevideo. Son ideas y trabajar con los gobiernos nunca es fácil, hay mucha burocracia, así que no sé qué va a pasar con eso.

¿Y ahora que ya está terminado este proyecto, en qué estás enfocado actualmente?

En el 2018, después que presentamos el juego a esta empresa y se interesa por él, empecé a diseñar un juego mío sobre el cambio de la matriz energética en el Uruguay, sobre todo en los molinos de vientos que hay en Uruguay, inspirado un poco en los paseos en bicicleta y ver siempre los molinos de Valentines, que se ven en el horizonte o cuando el ómnibus que va hacia Minas, permite ver los molinos entre las serranías o los que están en Fray Marcos, que están cerca y se aprecian bien. Además, me pareció un tema que es muy interesante y no está en ningún juego de mesa hasta el momento. Así empecé a trabajar en este juego sobre la generación de energía y cómo funciona, cómo es el sistema de venta de energía, cómo se les paga a las empresas, al inversor privado que invierte en la empresa, cómo se vende la energía a particulares, cómo se le vende a Argentina y a Brasil. Así es que empecé a diseñar este nuevo juego, en el que trabajé prácticamente hasta setiembre, durante dos años, unas 16 horas por día y a mitad del 2020 logré firmar un contrato, después de ofrecerlo a varias empresas. Logré firmar un contrato con la empresa americana APE Games.

¿Y en qué etapa está este nuevo proyecto?

Este nuevo juego está en preproducción, estamos en los últimos pasos de la preproducción. La idea es que salga también por la plataforma Kickstarter en tres o cuatro meses más. Por otra parte, a raíz del éxito que tiene «Mercado de Lisboa», la empresa que lo edita, EGG (Eagle Gryphon Games), se interesa o me pide que yo le dé prioridad para mi próximo diseño. Incluso me ofrecieron de antemano firmar un contrato por el próximo juego. Entonces lo que hice fue retomar el juego de los celulares, que no funcionó en su momento y después de tener una experiencia de trabajar y colaborar con diseñadores importantes, testear juegos para otra gente, que te da experiencia y mucho aprendizaje, reconvertí aquel juego de los celulares en un juego de robots. Tenemos una misma estructura, un aparato tangible, que maneja dos tipos de subproductos, uno que es la aplicación, igual que las que tenemos en el celular. Entonces tenemos un robot, que tiene una aplicación. Es como vemos hoy, que muchas cosas están robotizadas, es decir, existen robots que saben hacer algo, pero lo avanzamos un poco más en el futuro, para darle más riqueza al juego. Son robots que emulan actividades humanas, que hoy en día hay una empresa fuerte que está trabajando en esto, que es Boston Dynamics, que está haciendo verdaderos robots y después la NASA está haciendo un humanoide espacial, que es el que piensan utilizar en algunas misiones, porque evidentemente la vida humana es más valiosa que un montón de metal. Basado en todo esto, que hay mucho que se está robotizando, es que me decido por este tema.

¿De qué se trata este nuevo juego?

Se trata de un juego en el que manejamos una fábrica, que hay que investigar tecnología, hay que desarrollar tecnología, para crear robots que satisfagan necesidades de empresas y así obtener prestigio y ganar el juego.

¿Este tipo de propuestas lúdicas tiene muchos jugadores o seguidores?

En este momento hay una página, que es la que registra prácticamente todos los juegos o la mayoría y hay aproximadamente unos 272.000 juegos. Usuarios de juegos hay millones alrededor del mundo y en Uruguay hay unos 1.000 usuarios conocidos. Hay una comunidad, que tiene un foro en Facebook y se reunían antes de la pandemia, dos veces por mes y hacían reuniones, donde cada uno llevaba sus juegos y se conocía gente. Hay una diversa cantidad de juegos y estas comunidades van creciendo. En mi opinión, hay mucha gente que tiene la necesidad de sociabilizar y hay una enorme cantidad de estos juegos, que tratan de eso. Son juegos de interacción social, para pasar un rato ameno y divertido.

 





 

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