Nuestras incertidumbres de cada día
Gran incertidumbre vive
por estos días la sociedad de Zapicán (Lavalleja), ante el repentino e inesperado
levantamiento de la cobranza de las facturas de UTE, que dejó a todo un pueblo
sin una solución hasta la fecha.
Prácticamente sin previo
aviso, el pasado 10 de marzo, más de un vecino se sorprendió cuando concurrió
al Correo de la localidad a pagar su recibo de luz y se enteró de que el mismo
ya no se cobraba más en dicha oficina.
Ante esta situación, buena
parte de la población se encuentra indignada debido a esta medida, que afectó a
Zapicán y a otros pueblos de nuestro país, de los que tantas veces se habla de
que hay que sacarlos adelante, para que no desaparezcan y para que la gente no
se vaya del interior, pero esta clase de decisiones, que no los contemplan,
resultan un tanto contradictorias.
A pesar de esta situación,
siempre se guarda una cuota de optimismo, pero no podemos dejar de preocuparnos
de que esta medida afecte a otros servicios de la localidad, ya que sabemos que
hay otros entes estatales que han empezado paulatinamente a cerrar sus cajas,
por lo cual se debe estar atento a lo que acontezca con el resto de las
facturas que por ahora sí se pueden pagar.
Por lo
tanto esta preocupación no termina aquí para los zapicanenses, que tristemente
en estos últimos tiempos se han ido acostumbrado a ir perdiendo diferentes
oficinas públicas y ahora también este tipo de servicios, que hoy empiezan por
el de UTE, pero que además ante esta clase de medidas, relacionadas al tema de
la seguridad, nos pone alerta ante lo que pueda suceder en el futuro con las
facturas de OSE y ANTEL y además con el pago de las pasividades del BPS.
¿Vamos desapareciendo o nos van borrando del mapa?
Esta pregunta, es una de
las interrogantes que hoy en día se plantea más de un zapicanense.
En los últimos años el
pueblo de Zapicán no solamente se ha ido quedando sin oficinas como las del
Juzgado de Paz o la de UTE, entre otras, sino que ahora también va perdiendo
otros servicios como la cobranza de facturas.
Desde febrero las oficinas
comerciales de UTE, en base a una medida adoptada por el tema de la seguridad,
decidió no cobrar más las facturas de consumo de energía eléctrica, que en el
caso de Zapicán, al estar cerrado el edificio de dicho ente, se realizaba en el
Correo local.
En el caso del Correo de
la localidad, al comienzo de 2013 había empezado a brindar un servicio de cobro
de facturas, pero a raíz de un violento asalto en una de sus sucursales de
Montevideo en agosto de 2013, sumado a un montón de robos, incluido el que se
registró en Zapicán el 4 de junio de 2013, se concluyó que no existían las
medidas necesarias de seguridad, afectando esta decisión a todas las sucursales
del país.
Según lo anunciado, de
ahora en más el pago de los recibos se puede realizar solamente en los locales
Abitab o RedPagos, pero el tema es que Zapicán no cuenta con ninguna de
estas oficinas, por lo tanto al costo de las facturas, hay que sumarle el gasto
extra de envío o tener que viajar hasta otra localidad, donde sí exista este
tipo de locales para poder pagar.
Esta disposición adoptada
por UTE, de no manejar más efectivo en sus oficinas comerciales, sumado a que
el Correo hizo lo propio y en el caso de Zapicán, prácticamente sin previo
aviso finalizó este servicio de cobranza, dejó una inmensa incertidumbre que
por ahora no tiene respuesta.
Todo pareciera indicar que
de aquí en adelante los vecinos de este pueblo tendrán que pagar un poco más de
la cuenta, ya que sin querer ser pesimistas, por el momento no hemos visto
ningún tipo de reacción de las fuerzas vivas o las autoridades, como sí hemos
vistos en otras localidades que están en la misma situación.
Un
problema que debe encontrar solución
La grave problemática
suscitada ante el paulatino cese de servicios de cobranzas que se viene
registrando y que ya afectó a Zapicán y otras pequeñas localidades de nuestro
país, nos lleva al reclamo de que aparezca alguna solución la cual solo puede
venir de parte de las autoridades.
Si la solución al problema
no aparece por este vía, creemos que por otro camino es más difícil, ya que las
otras opciones sería que en Zapicán se instale una oficina privada de
cobranzas, como los locales de Abitab o RedPagos, que demandaría una gran
inversión para un medio que no sería tan rentable y por otra parte abrir un CAC
(Centro de Atención Ciudadana), que fue aprobado en el año 2009, pero que por
diferentes motivos ese proyecto quedó archivado en un cajón. Este centro
sería muy importante para Zapicán, pero el tema es que hace años que está
trancado y parece que seguirá así por un tiempo más.
El CAC es un centro que
existe en varias localidades similares a esta, donde hay dificultades de acceso
a los trámites y servicios del Estado y para el cual las autoridades no se
pusieron de acuerdo en su instalación en Zapicán. El mismo hoy sería de vital
trascendencia para esta comunidad, ya que es un espacio físico y logístico
dónde la ciudadanía puede encontrar una administración pública más accesible,
cercana y eficaz, lo cual por el momento no es posible en este pueblo del norte
de Lavalleja que tiene esta inquietud, que es un problema a resolver.